Organizar la vida en familia gira, en una gran parte, alrededor del calendario escolar. Quien tenga criaturas en https://escolar36.bearsfanteamshop.com/calendario-escolar-espana-puentes-festivos-y-periodos-lectivos Infantil o Primaria lo sabe de memoria: cuándo cae el primer puente de otoño, si Semana Santa parte el trimestre en dos, si el fin de curso llega ya antes del calor pegajoso de junio. Y, para los que trabajan en secundaria o bachillerato, el calendario marca ritmos de evaluación, entregas y viajes de estudios. En España, además de esto, cada comunidad autónoma ajusta su propio calendario en un marco común, lo que multiplica dudas y comparaciones entre provincias vecinas. Este texto despeja el terreno a fin de que puedas planificar con criterio, sabiendo qué es común y qué depende del territorio, de qué manera leer las resoluciones oficiales y dónde acostumbran a aparecer los cambios de última hora.
Cómo se fija el calendario escolar en España
El Ministerio de Educación establece unas bases generales, sobre todo en lo referente a currículos y mínimos de días lectivos, mas la competencia para aprobar los calendarios escolares en España recae sobre las comunidades autónomas. De forma resumida, cada autonomía publica, entre mayo y julio, una resolución donde concreta:
- El número de días lectivos por etapa educativa y el reparto por trimestres. El comienzo y fin de curso en Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional. Las vacaciones de Navidad y Semana Santa. Festivos autonómicos y no laborables propios. Días de libre predisposición, que generalmente acuerdan los consejos escolares de centro.
En la práctica, hay un margen notable. Hay comunidades que prefieren comenzar ya antes en el mes de septiembre para finalizar más pronto en junio, y otras extienden un poco el curso para compensar semanas con más festivos. El número de días laborables suele moverse entre 175 y ciento ochenta en las etapas obligatorias, aunque para Bachillerato y FP el cómputo puede cambiar por evaluaciones finales, prácticas en empresas y pruebas extraordinarias.
Cuál es la estructura habitual del curso
La estructura más usual se articula en 3 tramos: primer trimestre de septiembre a diciembre, segundo trimestre de enero a marzo o abril, y tercer trimestre de abril a junio. En Infantil y Primaria, el arranque acostumbra a situarse entre el 6 y el doce de septiembre. En ESO y Bachillerato, una semana después en algunos territorios, especialmente si hay exámenes de septiembre o evaluaciones extraordinarias de comienzo de curso. FP se mueve en una horquilla similar, con ajustes si hay módulos en prácticas.
Las vacaciones de Navidad, por costumbre y por convenio, abarcan desde pocos días ya antes de Nochebuena hasta tras Reyes. Lo normal son dos semanas completas, si bien cambia si el seis de enero cae en el fin de semana. Semana Santa depende del calendario ritual y, en consecuencia, baila entre finales de marzo y mediados de abril. En casi toda España se goza la semana completa, de lunes a lunes o de viernes a lunes de Pascua, según autonomía.
El tercer trimestre desemboca en evaluaciones finales entre la primera y la tercera semana de junio en Primaria y ESO. Bachillerato acaba ya antes, hacia finales de mayo o primeros de junio, para permitir la preparación de la EBAU. Los institutos organizan a partir de ahí recuperaciones, pruebas extraordinarias y actos de graduación. En FP, las prácticas externas desplazan el cierre real del curso para parte del alumnado hasta junio o julio.
Puentes y festivos: dónde se encuentran los “huecos” que alteran la dinámica
Los festivos nacionales cierran los centros, igual que el resto de la administración, salvo salvedades muy puntuales en centros con calendario singular. Al margen de los festivos estatales, cada comunidad marca sus días propios y, en segundo término, los ayuntamientos añaden fiestas locales. Con esto se dibujan los puentes, que son los que más quebraderos de cabeza provocan en logística familiar y en programación enseñante.
El primer gran bloque llega en otoño. El doce de octubre, Celebración Nacional, suele caer en el primer mes de clase y genera, si cae en martes o jueves, un puente de 3 o cuatro días si la comunidad o el centro agregan un día no laborable. El 1 de noviembre, Todos y cada uno de los Santos, asimismo se presta a puente, y lo mismo pasa en torno al 6 y ocho de diciembre, con la Constitución y la Inmaculada. Hay años en los que el calendario escolar España encadena un par de semanas de clases intermitentes, buenas para oxigenar, menos buenas para la continuidad académica en áreas de cálculo o idiomas.
La primavera trae otros descansos. San José, festivo en ciertas comunidades, puede crear un fin de semana largo antes de Semana Santa. En territorios donde el Lunes de Pascua es festivo autonómico, el reposo de Semana Santa se prolonga un día más. Y en mayo, el 1 de mayo añade un alto prácticamente al final del curso. En dependencia de la ciudad, las fiestas locales de abril o mayo —Feria de Abril en Sevilla, San Isidro en Madrid, las Hogueras en Alicante— suponen múltiples días no laborables que cambian el paso al tercer trimestre.
Aquí resulta conveniente recordar la figura de los días de libre predisposición del centro, en general tres o cuatro al año. Los consejos escolares los asignan para capacitación docente, coordinación o proyectos de centro, y con frecuencia los ubican para crear puentes que faciliten la conciliación. La letra pequeña es que estos días deben respetar el mínimo de jornadas lectivas fijado por la comunidad, de tal modo que no siempre y en todo momento se pueden sumar al festivo deseado. Si te resulta interesante optimizar un viaje, lo mejor es revisar a la vez la resolución autonómica y la web del centro.
Diferencias autonómicas que afectan a las familias
Quien se muda de una comunidad a otra lo nota inmediatamente. El primer día de clase puede variar una semana, y eso complica el regreso de vacaciones o la contratación de campamentos de verano. Algunas comunidades han adoptado calendarios más “termalizados”, con evaluaciones por ciclos y una pausa media en el mes de febrero. Otras han apostado por mantener trimestres más largos para no fragmentar en exceso el aprendizaje. Galicia y Castilla y León, por ejemplo, suelen mantener un calendario más tradicional, mientras que Navarra o la Comunidad Valenciana han experimentado con descansos de mitad de trimestre. Cataluña y País Vasco tienen tradición de comenzar antes o después según etapa y año específico.
La temperatura y el clima no son detalles menores. En zonas de mucho calor al final de primavera, el horario intensivo de junio es prácticamente un estándar en Infantil y Primaria, con salidas ya antes de las 14:00 y comedor reducido o sin comedor. En regiones más temperadas, algunos centros mantienen horario partido hasta mediados de junio. Estos matices cambian plenamente la logística para las familias y la disponibilidad de actividades extraescolares.
La formación profesional añade otra capa. Los periodos de FCT —prácticas en empresa— pueden extenderse a julio, y el alumnado entra y sale del instituto siguiendo tiempos distintos del resto de etapas. Si hay prácticas internacionales o proyectos Erasmus+, los calendarios se amoldan con cierta flexibilidad, pero siempre y en todo momento en el marco general.
Cómo leer la resolución del calendario sin perderse
Las resoluciones autonómicas no están concebidas para ser piezas literarias, así que una lectura rápida puede despistar. Suelen comenzar con un preámbulo legal y, luego, las datas clave aparecen en múltiples apartados. Hay que fijarse en las tablas finales donde se especifican, por etapas, los días de comienzo y fin, las vacaciones y los no laborables. Muchas incluyen anejos con mapas de festivos locales por provincias, o remiten a los boletines provinciales donde se aprueban las fiestas municipales.

Mi recomendación, por experiencia, es construirse una hoja fácil con 4 columnas: fecha, qué sucede, a quién afecta y fuente. Por ejemplo, 6 de diciembre, festivo estatal, todos los niveles, BOE. 20 de diciembre, inicio vacaciones de Navidad, Infantil y Primaria, resolución autonómica. quince de mayo, celebración local de San Isidro, municipio de la villa de Madrid, BOCM. Con esa hoja delante, planificar es más simple y evitas sorpresas.
Vacaciones escolares: cuánto duran de verdad
Las datas vacaciones escolares suenan obvias, mas ocultan matices. Navidad ofrece, en general, entre 10 y 12 días lectivos de descanso, que se traducen en dos semanas completas. Semana Santa suele suponer entre 7 y 10 días de parón, conforme caigan los festivos y si el Lunes de Pascua cuenta. En verano, la imagen de “tres meses de vacaciones” ya no es tan precisa. En Primaria y ESO se habla más bien de diez a once semanas, desde mediados de junio hasta principios de septiembre. En Bachillerato, el final es más temprano por EBAU y recuperaciones, y el retorno a clase puede atrasarse por pruebas extraordinarias o matrículas, aunque la docencia reglada comience como los demás.
No olvides que la recuperación de días perdidos por causas meteorológicas o huelgas puede desplazar sutilmente esta fotografía. Algunas comunidades contemplan jornadas de restauración si el recuento de días laborables cae por debajo del mínimo. No es habitual, pero es conveniente saberlo.
Puentes: pros, contras y de qué forma aprovecharlos sin perder el hilo
Los puentes son un alivio logístico para quien precisa una escapada, o simplemente parar cuando las semanas se hacen cuesta arriba. Como docente, he comprobado que marchan bien cuando se aprovechan para cerrar temas antes y dedicar el retorno a comprobar y aplicar. Lo que daña es reprogramar exámenes justo después, cuando media España ha cambiado de ritmo. En el lado de las familias, el puente bien planeado evita que septiembre parezca un muro y diciembre una carrera de obstáculos.
Un truco que me ha funcionado: no programar grandes jalones evaluables el primer día tras un puente, y en casa invertir treinta minutos al final del descanso en ordenar la mochila, revisar la agenda y apuntar qué se verá esa semana. La diferencia entre volver a la clase con el bloc de notas al día o con la sensación de apagón se aprecia desde la primera hora.
Días lectivos: el número importa, mas también su calidad
El mínimo de 175 a 180 días lectivos es un estándar razonable por comparación internacional. Ahora bien, la continuidad cuenta tanto como el total. 5 semanas seguidas con rutinas estables rinden más que dos con 4 interrupciones. De ahí que varias comunidades hayan comenzado a distribuir días no laborables para evitar concentrarlos en un solo mes. El equilibrio no es fácil. Las familias solicitan puentes compatibles con su trabajo, el profesorado reclama espacios de coordinación, y el sistema debe garantizar los contenidos. Se acierta cuando se explicita el porqué de cada ajuste y se publica anticipadamente suficiente.


Consejos prácticos para planificar el curso con los calendarios escolares en España
- Comprueba dos niveles siempre: el calendario autonómico y el del centro. El primero fija el marco, el segundo agrega los días de libre predisposición, salidas y eventos propios. Reserva con margen los campamentos y colonias de verano. Las plazas vuelan en el mes de mayo, y conocer el fin de curso real de tu comunidad te ahorra cambios caros. En años con puentes largos de diciembre, reduce expectativas académicas en casa: mejor pequeñas rutinas de lectura y cálculo que intentar avanzar temario. Si tu ayuntamiento tiene fiestas fuertes en abril o mayo, mira el calendario del tercer trimestre con lupa. Una semana con tres no lectivos desbarata horarios de actividades. Guarda en el móvil los boletines oficiales con tu calendario. Cuando brote la duda, es mejor ir a fuente que a rumores de conjunto.
Por qué el calendario influye en resultados y bienestar
No es solo cuestión de logística. El calendario afecta al aprendizaje, al reposo y al clima del aula. Un arranque de septiembre demasiado espeso, con temperaturas altas y sin adaptación, dispara enfrentamientos y fatiga. Un diciembre a saltos puede romper la progresión en lectoescritura o en matemáticas. Marzo y abril, con Semana Santa por el medio, solicitan secuencias educativas que resistan interrupciones. En el tercer trimestre, con calor, toca ajustar actividades prácticas y salidas para sostener el interés. Estas resoluciones se toman en claustros, pero la familia puede acompañar si conoce el mapa de festivos y puentes.
La patentiza que manejamos en centros es clara: los cursos con comunicación temprana del calendario y congruencia en evaluación generan menos ausencias, menos retrasos y mejores resultados en pruebas internas. El calendario escolar España no es una simple lista de datas, es la base operativa del año.
Cómo cambian las cosas si hay EBAU, FP o enseñanzas artísticas
Quien prepara la EBAU vive el calendario con más intensidad. La segunda quincena de mayo y la primera de junio concentran exámenes finales, repasos y, en algunos territorios, la propia EBAU temprana. Esto obliga a los institutos a cerrar Bachillerato antes que el resto y a organizar refuerzos. Los puentes de mayo se transforman en días estratégicos para repasar, no tanto para viajar. Un consejo realista: acuerda con tu hijo o hija bloques de estudio y, si hay salida, que sea corta y lejos de la tentación de prolongarla.
En FP, los módulos FCT y los proyectos integrados mueven fichas. Los alumnos pueden estar ya en empresa cuando el resto se va de puente, o del revés. Los tutores de FCT suelen marcar calendarios propios. Resulta conveniente anotar esas datas aparte y coordinarlas con la familia y el trabajo.
Las enseñanzas artísticas, escuelas oficiales de idiomas y conservatorios asimismo publican calendarios concretos. Suelen ajustarse al general de la comunidad, pero con evaluaciones y audiciones en semanas muy específicas. Si hay conciertos o exámenes prácticos, los puentes son días de ensayo, no de desconexión total.
Herramientas sencillas que marcan la diferencia
A falta de sistemas perfectos, tres hábitos marchan un año tras otro. Primero, un calendario compartido en el móvil con color por hijo o etapa. Segundo, recordatorios automáticos una semana ya antes de cada cambio de rutina, por ejemplo, comienzo de horario intensivo de junio. Tercero, un documento breve donde anotar de qué forma fue la planificación el año anterior. Si descubriste que el puente de diciembre te descuadró la logística, pensar en ello en septiembre deja solicitar vacaciones con adelanto o reservar una actividad.
Para quienes manejan un AMPA o una dirección de centro, la claridad de la comunicación pesa más que cualquier otra cosa. Un PDF con las fechas en lenguaje plano, ejemplos de semana tipo y teléfonos para dudas evita mil correos cruzados. Y publicar el calendario en el mes de septiembre no impide comprobar en el primer mes del año si hay cambios relevantes, como fiestas locales trasladadas o adaptaciones por ola de calor.
Qué mirar cuando equiparas calendarios entre comunidades
El ejercicio de cotejar calendarios escolares en España atrae cada año, y no solo por curiosidad. Si trabajas en una autonomía pero vives en otra, o tienes familia en provincias diferentes, el baile de datas afecta. Hay tres factores que asisten a cotejar con sentido: cuándo comienza y termina cada etapa, de qué manera se distribuyen los descansos intermedios y cuántos días de libre predisposición hay y dónde se ponen. Desde ahí, la elección de actividades, vacaciones y exámenes ya no será un rompecabezas.
También es conveniente analizar la proximidad con el calendario laboral. Hay años en los que el seis y ocho de diciembre caen de manera que el puente es inevitable. Si tu empresa no flexibiliza, quizás vas a poder utilizar los días de libre disposición del centro en tu favor. Eso sí, no presiones al consejo escolar sin comprender que hay zonas rurales donde regular sendas de transporte y comedores limita el margen.
Mirando alén del papel: calor, salud y emergencias
El papel lo aguanta todo, pero la realidad modifica calendarios. En los últimos años, múltiples comunidades han aprobado protocolos por olas de calor o por marro de aire, que pueden implicar adaptación de horarios, suspensión de actividades al aire libre o, en casos extremos, no lectivos. Las epidemias o las huelgas sectoriales también dejan su marca. Cuando pasa, los centros notifican por los canales oficiales y, si hay que recobrar días, lo indican con tiempo. Es esencial no improvisar y ajustarse a lo que comunique dirección, que es quien está en contacto con inspección educativa.
Un calendario bien entendido ahorra tiempo y estrés
Si dominamos la lógica del calendario, todo fluye. Elegir extraescolares que encajan con los trimestres, no programar viajes en la semana de evaluación, prever que junio trae horario intensivo y menos comedor. En casa, prever turnos de abuelos o canguros con puentes largos. En el aula, ajustar proyectos para que no zozobren entre festivos. Nada de esto es glamour, pero sí eficacia.
Al final, el calendario escolar es la columna vertebral de la vida educativa y familiar. Aprender a leerlo, compararlo y anticiparte te da la ventaja que de veras cuenta: tiempo bien utilizado. Cuando miras el curso entero con perspectiva, los puentes dejan de ser sustos, las vacaciones se gozan sin sobresaltos y las semanas lectivas ganan calidad. Y ese es la meta que compartimos, da igual la comunidad autónoma, la etapa o el rol que tengas en la escuela.